A menudo nos encontramos con niños y niñas que tienden a acusar constantemente las conductas de sus compañeros. Una buena alternativa para trabajar este tema nos la comentó Carme Timoneda en un curso de formación. Consiste en la metáfora de las Tres Puertas.
Carme propone que cuando un niño se nos acerque con la intención de delatar a un compañero/a le hagamos pasar primero la información por las tres puertas:
¿Ya hiciste pasar por las tres puertas lo que vas a contarme?:
- La primera puerta que tiene que pasar lo que vas a decir es: ¿estás seguro de que es totalmente cierto lo que vas a contarme?
- Sino es así, al menos lo habras pasado por la segunda puerta: ¿es bueno para alguien?
- Y la tercera: ¿es necesario que yo sepa lo que quieres contarme?
"Si no es verdadero, ni bueno ni necesario, mejor olvidarlo para siempre". Es muy importante pensar en las tres puertas antes de hablar.
A mi me parece realmente útil. ¡Ya me contaréis!
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