La
autoestima es como el niño se percibe así mismo. Se va formando primeramente en
la familia, que actúa como primer agente social, en el que el niño aprende a
relacionarse y en el que forma su autoconcepto.
Por
otra parte, influye el ámbito escolar, donde pasa gran parte del día y es ahí
donde se ajusta su percepción personal y social, por la fuerte influencia de
sus profesores y de sus compañeros.
La
interacción constante entre los alumnos, durante la jornada escolar, la
conducta que adoptan a nivel escolar, su estatus social y sus características
personales propias, determinan que algunos sean rechazados, objetos de burla o
de exclusión.
Cuando
un alumno percibe apoyo de sus profesores y de sus compañeros, manifiesta una
mayor motivación e interés hacia el trabajo escolar, adquiere con mayor
facilidad habilidades sociales, sigue las normas de convivencia y muestra una
autoestima más positiva.
Sin
embargo, si se encuentra en una posición negativa, el alumno toma este estatus
como parte de su identidad, lo que tiene profundas repercusiones en su
bienestar emocional. Todos sus pensamientos o sentimientos son negativos “no
puedo”, “no soy capaz”, llegando a sentirse menos seguro, pudiendo presentar
problemas académicos como absentismo escolar o bajo rendimiento académico.
Esta
situación hace que a menudo, los profesores tendamos a etiquetarle de manera
errónea, algo que es apreciado por el alumno e influyendo aún más en disminuir
su autoestima.
ESTRATEGIAS PARA POTENCIAR EL AUTOESTIMA POSITIVO EN
EL AULA:
-
Crear
un ambiente en el aula positivo, donde se premie el esfuerzo y se contemple
menos el error personal.
-
Promover
constantemente la reflexión personal para que cada alumno sepa qué es capaz de
hacer.
-
Escuchar
a los alumnos, conocerlos y ayudarles a que se conozcan y se valoren a sí
mismos.
-
No
adoptar metodologías competitivas sino colaborativas.
-
No
comparar.
-
Proponer
metas alcanzables para cada alumno según sus características y destrezas.
-
Reforzar
sus habilidades utilizando mensajes positivos a modo de refuerzo.
-
Promover
que el alumno se dé cuenta de sus propios errores y los vea como algo que
mejorar.
-
Fomentar
el trabajo en parejas o en grupo.
-
Repartir
responsabilidades a cada alumno.
-
No
permitir que se avergüence o ridiculice a un compañero.
-
Ofrecer
oportunidades de éxito.
EL ELEFANTE ENCADENADO (JORGE BUCAY)
Visionado del vídeo.
Reflexiones
sobre el cuento:
¿Cómo
creéis que se sentía el pequeño elefante cuando lo ataron a la estaca por
primera vez? ¿por qué dejó de intentar liberarse? ¿Creéis que el elefante mayor
sabe lo fuerte que es? ¿Por qué?
¿Habéis
tenido en algún momento la certeza de que nos podíais librar de algo o que no
conseguiríais algo que deseabais? ¿Cómo os sentisteis?
¿Habéis
utilizado alguna vez la palabra “imposible” o la expresión “no puedo”? ¿Podéis
pensar en qué situación y qué pasó finalmente?
Conclusiones
para trabajar:
Los no puedo reducen nuestro territorio y, por tanto,
nos limitan. Es importante
eliminarlos de nuestro vocabulario. En todo caso, podemos sustituirlos por un
“de momento no puedo, pero voy a luchar y aprender cosas nuevas para poder más
adelante”.
Cuando no luchamos por nuestra libertad, nos sentimos
tristes, impotentes, desanimados, débiles; en cambio, cuando sí luchamos por
ella, nos sentimos llenos de energía, de fuerza y de valentía.
Cuando conseguimos algo que era difícil para
nosotros, sentimos alegría y aumenta nuestro territorio conquistado. Sin duda,
el mayor fracaso no s “no haber conseguido algo” sino “no haberlo siquiera
intentado”.
SI PUDIERAS CAMBIAR UNA SOLA COSA DE TU CUERPO, ¿QUÉ
CAMBIARIAS?
Visionado
del vídeo.
A
continuación vamos a leer este cuento:
En un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales
y bellísimos rosales, todos ellos felices y dichosos vivían. Todo era alegría
en el jardín, excepto por un árbol Profundamente triste. El pobre tenía un
problema: ¡No sabía quien era! Lo
que le faltaba era concentración. El manzano le decía: “Si realmente lo
intentas, podrás tener sabrosas manzanas, ¡Mira que fácil es! “No lo escuches”, exigía el rosal. Es
más sencillo tener rosas y. ¡Ve que bellas son!
El aroma de los colores Y el árbol desesperado,
intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se
sentía cada vez más frustrado
Reflexiones
sobre el cuento:
Qué
es mejor, un manzano, un rosal o un roble? ¿Creéis que es justo compararlos?
¿Cómo
se sentía el árbol cuando quería ser lo que no era? ¿Por qué creéis que hacia
tanto caso al manzano y al rosal?
¿Os
ha ocurrido alguna vez que alguien os pida que hagáis cosas que no están en
vuestra mano?
¿Os
comparan a veces con otras personas? ¿Cómo os sentís cuando esto ocurre?
¿Estáis
pendientes de lo que piensan los demás sobre vosotros?
Y
vosotros, ¿qué pensáis de vosotros mismos?
¿Podéis
pensar en tres características que os definan?
Conclusiones
para trabajar:
La uniformidad nos empobrece. Un bosque o un jardín en el que coexistan una gran
variedad de especies será más rico y tendrá mayores posibilidades de
supervivencia que aquellos formados por una sola especie.
Las diferencias, en cambio, nos estimulan, evitan el
aburrimiento y nos permiten aprender unos de otros. Nos sentimos igual, ni
falta que hace. Ante la misma situación, una persona puede sentir enfado y otra
temor; una considerarla un obstáculo insalvable y otra un reto; una sentir
confianza y otra ansiedad… No es tan importante lo que sentimos sino qué
hacemos y cómo nos comportamos cuando lo sentimos.
Lo importante es aprender a dar lo mejor de nosotros
mismos y aportarlo para mejorar el conjunto.
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